En la
naturaleza, y particularmente en nuestro país, podemos encontrar muchos tipos
de paisajes y ecosistemas. Nuestros ecosistemas terrestres son la pradera,
compuesta principalmente por pastizales, y diversos montes: monte ribereño,
monte de quebrada, de parque, palmares. Dentro de los ecosistemas acuáticos,
tenemos cañadas, arroyos y ríos; lagos y lagunas, y costas oceánicas y
fluviales con sus respectivas playas.
De igual forma,
existen una diversidad de formas de vida, desde aquellas microscópicas como las
bacterias, organismos unicelulares, las microalgas y organismos que se pueden
observar a simple vista, los más chicos quizás sean las microalgas que formas
colonias, el zooplancton los invertebrados
más chicos como larvas, insectos, y hasta llegar a grandes mamíferos.
Todas éstas son
expresiones de la diversidad de la vida, o biodiversidad. Hay muchas
definiciones de biodiversidad, todas ellas están de acuerdo en que la misma se
expresa en una multiplicidad de escalas o niveles que van desde los genes, a
las especies, las poblaciones, las comunidades, los ecosistemas, los biomas,
etc.
Los organismos varían en sus características según vivan
en el desierto cálido, en la selva húmeda, la pradera templada y las zonas
polares o la costa, por ejemplo. A su vez, si consideramos un ecosistema en
particular, encontraremos en él una gran variedad de organismos. Por ejemplo,
en las zonas de pradera y monte indígena, ecosistemas característicos del
Uruguay, podemos encontrar pastizales, arbustos y árboles, unos de hojas
pequeñas y otros de hojas grandes, unos con espinas, otros con flores. En el
mismo ejemplo, habrá insectos minúsculos, pero también grandes roedores como el
carpincho o reptiles pequeños como las lagartijas y otros de porte mayor como
el yacaré.
La biodiversidad es la
mayor riqueza natural que tiene nuestro planeta. Es de un valor incalculable
como patrimonio natural, resultado de la evolución, es decir, de un proceso
histórico que ha ocurrido en el tiempo y es irrepetible. Hay que recordar que
todos los seres vivos provienen de un único ancestro común, y que durante miles
de millones de años han evolucionado en diferentes dominios, órdenes, familias,
géneros y, por último, especies. La diversidad biológica abarca toda la escala
de organización de los seres vivos.
La biodiversidad es la mejor manera que encontró la
naturaleza para sobrevivir a los cambios ambientales. Cuando hay cambios en el
ambiente que no son buenos para una especie o ecosistema, generalmente hay otra
que se beneficia. Por ejemplo, durante una sequía habrá organismos que no
puedan sobrevivir a la falta de agua y por lo tanto mueran, pero gracias a la
biodiversidad, habrá otros que puedan sobrevivir y ocuparán el lugar que dejan
los primeros. A lo largo de muchos años esto permite que se mantenga la vida en
el planeta aún después de haber sufrido transformaciones muy grandes. Si todos
los organismos vivos fueran iguales entre sí, serían vulnerables a los mismos
cambios, y bastaría uno de ellos (inundación, sequía, cualquier forma de
contaminación, etc.) para hacer desaparecer la vida en la Tierra.
Gracias a la enorme y maravillosa biodiversidad, el ser
humano ha podido desarrollarse. Por ejemplo, la gran variedad de alimentos los
conseguimos gracias a que existen muy diferentes tipos de vegetales, semillas,
frutos y animales. Gracias a ello obtenemos también materias primas para
construir viviendas, para vestirnos y para fabricar utensilios domésticos.
Además, la mayoría de las sustancias específicas de los medicamentos son
extraídas de hongos, bacterias, vegetales y animales.
En caso de la costa,
la biodiversidad permite el desarrollo de actividades humanas como el turismo y
la pesca, así como el asentamiento de poblaciones.
En lo que
respecta a lo geográfico, la biodiversidad refleja la heterogeneidad de paisajes
en una zona o región dada. A esta escala la biodiversidad está dada por la
diversidad de ecosistemas de una región determinada.
En lo ecológico, la biodiversidad se observa
según la cantidad de hábitats distintos presentes en un lugar. Las lagunas
costeras de Maldonado y Rocha, por ejemplo, son regiones de gran biodiversidad
porque tienen distintos tipos de ambientes o ecosistemas. Si observamos una
laguna costera, veremos que en las zonas más alejadas de la costa, junto a los
bañados, viven aves, carpinchos y nutrias, mientras en las zonas más cercanas
al océano, donde el ambiente es más salobre, varias especies marinas
aprovecharán la protección de la laguna para su ciclo reproductivo (por ejemplo
el camarón, la corvina y el cangrejo sirí).
En el ámbito de la comunidad o grupo de
especies que coexisten dentro de un mismo hábitat, la diversidad da cuenta de
la cantidad o riqueza de especies: plancton, necton (peces), bentos (organismos
asociados al fondo), mamíferos marinos, aves reptiles y anfibios.
Dentro de cada especie, finalmente, existe un
componente genético que determina la heterogeneidad entre los individuos de una
misma especie. La diversidad genética es un componente muy importante de la
biodiversidad, ya que sin ella la transformación de la especie a través de la
selección natural (es decir, la evolución) no es posible.
La mayor amenaza para
la biodiversidad en la actualidad se debe a la pérdida de biodiversidad por
modificación de los ecosistemas a causa de las actividades humanas. La
expansión de la agricultura y de las áreas urbanas de la mano del aumento de la
población han causado la pérdida o reducción de la mayoría de los ecosistemas,
lo que ha generado la extinción de cientos de especies y ecosistemas. En la
actualidad, el ritmo de extinciones de especies a causa de las actividades
humanas supera el de los cataclismos prehistóricos, como el que provocó la
desaparición de los dinosaurios.
Una nueva amenaza es el calentamiento global, porque
muchos ecosistemas terrestres propios de zonas húmedas podrían desaparecer si
en esas zonas disminuyen las lluvias. Lo mismo podría ocurrir en zonas
desérticas si las lluvias aumentan. Por otra parte, los ecosistemas costeros
son especialmente vulnerables, ya que el aumento en el nivel del mar podría
traer consecuencias devastadoras. Por ejemplo, la mayor parte de los arrecifes
de coral –los ecosistemas de mayor biodiversidad en el mar desaparecerían.
En el caso de la costa uruguaya, los asentamientos
urbanos han hecho disminuir notablemente el ancho de la zona costera. Estos
asentamientos, muchas veces acompañados de emprendimientos industriales,
aumentan gravemente la contaminación por efluentes líquidos que se arrojan en
la costa, en algunos casos sin un tratamiento adecuado que elimine al menos en
parte las sustancias tóxicas que contienen. La pesca marítima, esa actividad
que desde hace siglos genera alimento y empleo para las sociedades humanas,
cuando no se realiza con los controles y la responsabilidad adecuados, puede hacer
desaparecer especies enteras de peces. La plantación de árboles (típicamente
pinos en la costa uruguaya) y el trazado de caminos en la franja costera han
afectado los ciclos de movimiento de la arena, alterando y en muchos casos
eliminando las dunas, de gran importancia para la vida de numerosas especies de
la zona costera. También el turismo, cuando no se gestiona de un modo
respetuoso del medio ambiente, puede ser una actividad muy contaminante para la
costa.
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